En Hechos capítulo 16:25-34 aprendemos
acerca de la conversión del carcelero de
Filipos. Este fue un hombre quien hizo
la pregunta más importante de la historia,
“¿Qué debo hacer para ser salvo?”.
Esta pregunta tiene un significado
eterno, ya que la respuesta a esta pregunta, y la acción por parte del ser
humano, determinarán dónde la persona pasara la eternidad. Muchos han recibido
una respuesta bíblica a esta pregunta; mientras que otros han recibido una
respuesta falsa.
Hay ocasiones cuando tenemos la
oportunidad de estudiar el Evangelio con personas que andan en busca de la
verdad. En ocasiones estas personas nos dicen que a ellos, se les ha dicho que
lo único que deben hacer para ser salvos, es creer en Jesús. Esta doctrina es
conocida como “salvación por fe solamente” [doctrina que la Biblia, en ningún
aparte enseña]. Uno de los pasajes que se les muestra para justificar esta
doctrina es Hechos 16:31, donde el texto dice, “Ellos respondieron: Cree en el Señor Jesús, y serás salvo, tú y toda
tu casa.” Después de leer este pasaje, muchas veces cierran la Biblia y no
siguen leyendo para ver el resto de la narrativa y entender el contexto. Usan
incorrectamente la frase “cree en el Señor Jesús y serás salvo”, y por medio de
esta frase argumentan que lo único que se debe hacer es creer en Jesús. A estas
personas les decimos, “POR FAVOR, SIGUE LEYENDO” todo el pasaje que está bajo
consideración. Ya que para aprender lo que la persona debe hacer para ser
salva, se debe considerar todo el pasaje que muestra el ejemplo de conversión.
En cuanto a la conversión del carcelero
de Filipos, aprendemos los siguientes puntos: (1) Probablemente escuchó algunas palabras de salvación cuando Pablo y
Silas oraban y cantaban a la media noche, (2) este hombre hizo la pregunta,
¿Qué debo hacer para ser salvo?, (3) a este hombre se le dijo que la fe en
Cristo Jesús es un requisito esencial para la salvación, (4) el texto dice que
se le predicó la Palabra de Dios, esto es, el Evangelio de Cristo (5) este
hombre enseguida fue bautizado, con los suyos, (6)este hombre se regocijó
grandemente de haber creído en Dios.
Tu y yo podemos observar claramente lo
que este hombre, y los suyos, hicieron para ser salvos. Después que la persona
ha leído toda la narrativa y ha entendido el contexto, la persona no puede
llegar a la conclusión de que la salvación es por fe solamente, sino más bien,
por medio de una fe obediente a los mandamientos del Señor [oír, creer,
arrepentirse y confesar]. Así que, la próxima vez que alguien le permita leer
Hechos 16:30-31, no permita que la lectura termine en el verso 31, sino más
bien, siga leyendo el resto de la narrativa para aprender qué es lo que Dios
desea que tu hagas.
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