INTRODUCCION:
Si Dios se
hizo hombre, ¿a que sería semejante? ¿Poseía Jesús los atributos de Dios?
Para
responder a estas preguntas, debemos primeramente responder a otra pregunta
¿Por qué Dios se haría hombre?
Usemos una ilustración:
Imaginémonos estar contemplando a un campesino arar un campo. Advertimos que en
la próxima vuelta que dé el campesino va a destruir un hormiguero. Puesto que
somos amantes de las hormigas, corremos hasta el hormiguero para prevenirlas.
Primeramente les avisamos a gritos del peligro inminente, pero ellas continúan
en su trabajo, a continuación tratamos con el lenguaje de los signos, y
finalmente recurrimos a cuanto nos sea posible imaginar, para advertirles del
peligro, pero nada resulta. ¿Por qué? Porque
no hemos logrado comunicarnos con ellas. ¿Cuál es el mejor método para
comunicarnos con ellas? Únicamente por medio de convertirnos en una hormiga podremos comunicarnos con
ellas de modo que no entiendan.
Ahora, si
Dios deseaba comunicarse con nosotros, ¿Cuál sería el mejor método para
conseguirlo? Vemos que con el fin de comunicarse con nosotros a El le era
imprescindible convertirse en un hombre y así, alcanzarnos directamente.
Respondamos
ahora, la interrogante primera. Si Dios se hizo hombre, ¿A quien o a que sería
semejante? El poseería los atributos de Dios, entraría a este mundo de una
manera desacostumbrada, realizaría hazañas sobrenaturales, sería impecable,
dejaría una impresión duradera y universal y muchas cosas mas. Nuestra convicción
es que Dios vino a la tierra en la persona de Jesucristo y que en Jesús vemos
manifestados los atributos de Dios y las características que acompañarían a un
Dios-hombre.
Entonces,
si Dios se hizo hombre, deberíamos esperar que fuera sin pecado:
·
El testimonio
de si mismo. Leer Juan 8: 46. Cuando El los desafió para que lo acusaran,
podía quedarse y soportar el examen de ellos. La conciencia que Cristo tenía de
su propia pureza es sorprendente. Jesús vivía mas cerca de Dios que cualquier
otra persona y se hallaba libre de todo sentimiento de pecado.
·
El
testimonio de sus amigos. A través de toda la Biblia, se muestra la
inconsistencia de todas las personas. Ninguno de los grandes héroes judíos, es
presentado sin tacha, sin embrago, por ningún lado encontramos mención de un
pecado en la vida de Cristo. Ahora, ¿Por qué deberíamos confiar en los relatos
de sus discípulos? Primero, Ellos vivieron en íntimo contacto con Jesús por
casi tres años. Segundo, ellos eran judíos y desde su nacimiento se les había
hecho consientes de su propia naturaleza pecaminosa y la de los demás. Tercero.
El testimonio de ellos en cuanto a la impecabilidad de el es indirecto, ellos
no intentan probar que El era sin pecado; mas bien sus declaraciones sobre el
particular resultan casuales. 1 Pedro 1: 19; 1 Pedro 2: 22; 1 Juan 1: 8-10; 1
Juan 3: 5; Mateo 27: 3-4.
·
Mas importante,
tal vez, que el testimonio de sus amigos, es el de sus enemigos: leer Lucas
23: 41; Lucas 23: 22; Lucas 23: 47. Marcos reúne cuatro críticas que
presentaron sus enemigos, en 2: 1 – 3:6. Primero, lo acusaron de blasfemia
porque había perdonado los pecados de un hombre. Sin embargo, si el era divino,
tenía todo el poder para conceder el perdón. Segundo, estaban espantados por
sus viles asociaciones: pecadores, publicanos, rameras, etc. Los líderes
religiosos de ese tiempo pensaban que era justo evitar el contacto con tales
personas. Ante estas acusaciones, El se refiere a si mismo como un médico a los
pecadores, Marcos 2: 17. Tercero, fue acusado de mantener una religión frívola,
por cuanto no ayunaba como los fariseos. Sin embargo, no cabe duda que el
tomaba su religión seriamente. Cuarto, ellos estaban trastornados porque el
quebrantaba el sábado, sanando, recogiendo grano, etc. Sin embargo nadie puede
dudar que el se sometía a la ley de Dios. Por el hecho de que El era Señor del
día de reposo, se propuso destruir las falsas tradiciones y dar a la ley de
Dios su verdadera interpretación.
·
Por
último, tenemos a disposición el
testimonio de la historia.- Se le ve sin pecado en la religión del Islam,
en el Corán, María V 19, el ángel Gabriel viene a María y le dice que su hijo,
Jesús, será sin falta, es decir, sin pecado.
Jamás ha
vivido un ser más inofensivo sobre la tierra. A nadie ofendió, de nadie se
aprovechó. Nunca habló una palabra inapropiada, nunca cometió una mala acción.
Philip Schaff dice: Mientras mejor y más santo es
un hombre, mas siente su necesidad de
perdón y lo lejos que se haya de alcanzar su propia norma imperfecta de
excelencia. Pero Jesús, con una naturaleza semejante a la nuestra y tentado del
mismo modo que lo fuimos nosotros; jamás se rindió a la tentación; nunca tuvo
la necesidad de lamentar algún pensamiento, palabra o acción; nunca necesitó
del perdón, de la conversión o de la reforma; nunca se apartó de la armonía con
su Padre Celestial. Su vida entera fue un acto inquebrantable de
auto-consagración a la gloria de Dios y al eterno bienestar de sus hermanos.
Wilbur Smith, observa lo
siguiente: Quince millones de minutos de vida sobre esta tierra, en medio de
una generación perversa y corrompida, cada pensamiento, cada acción, cada
propósito, cada obra, privada y pública, desde el tiempo en que abrió sus ojos
al nacer hasta que expiró en la cruz, todos fueron aprobados por Dios. Ni una
vez tuvo nuestro Señor que confesar algún pecado, pues no tenía pecado.
·
También
hallamos el testimonio de algunos de los escépticos mas conocidos:
Ø
Rousseau: Cuando Platón describió a su imaginario
hombre justo, cargado con toda la penalidad por la culpa, y mereciendo sin
embargo, las más altas recompensas de la virtud, él describe exactamente el
carácter de Jesucristo.
Ø
Ralph Waldo Emerson: Jesús es el mas perfecto de
todos los hombres que han aparecido hasta el momento.
Ø
Aun David Strauss, citado por Wilbur Smith,
dice: el mas enconado de todos los oponentes de los elementos sobrenaturales de
los evangelios, cuyas obras hicieron mas para destruir la fe en Cristo que los
escritores de cualquier otro hombre en los tiempos modernos, aun Strauss, con
su tajante, brillante y maligna critica y con sus arrebatadoras negaciones de
todo lo que es milagroso, se vio obligado a confesar, hacia el fin de su vida,
que en Jesús hay perfección moral. Este Cristo es histórico, no mítico; es un individuo,
no un mero símbolo, se presenta como el mas alto modelo de religión dentro del
alcance de nuestro pensamiento y la piedad perfecta es imposible sin su
presencia en el corazón.
Ø
Por último, Bernard Ramm escribe: La perfección
sin pecado y la perfecta impecabilidad, es lo que esperaríamos del Dios encarnado,
y esto es lo que hallamos en Jesucristo. La hipótesis y los hechos armonizan.